jueves, 11 de septiembre de 2008

Historicidad y temporalidad en el trabajo de Karl Lagerfeld*

El trabajo Karl Lagerfeld es, sin duda alguna, una de las obras que mayor presencia ha tenido en la segunda mitad del siglo XX y principios del XXI. La importancia del pensamiento del artista alemán ha desbordado el ámbito del diseño, hasta convertirse en un referente necesario dentro de otras disciplinas, por ejemplo la fotografía o el cine. La relevancia de esta obra radica, en parte, en el papel protagónico que ha jugado en la llamada “sacralización del diseño” que ha sufrido el mundo de las artes en las últimas décadas, así como el hecho de haber erigido un pensar -un tanto- hermenéutico como centro de muchas propuestas y debates actuales.

Es posible incluso afirmar que cierta vertiente de la moda ha experimentado un “giro explicativo”, de modo tal que buena parte de sus postulados y planteamientos están directamente relacionados con la propuesta Lagerfeldiana y con las transformaciones o reposicionamientos que ésta lleva a cabo no sólo del diseño, sino también de algunos de sus principales temas. En ese sentido, sus colecciones se han convertido en un planteamiento inevitable dentro de cierto ámbito del quehacer modistico contemporáneo.

Lagerfeld, ciertamente, ha abierto un camino por el que discurre hoy el pensar, y esta incidencia de su filosofía se debe, entre otras cosas, a la inclusión de la historicidad y la temporalidad en sus propuestas. Y ello no porque Lagerfeld haya sido el primero en incluir historicidad y temporalidad como elementos indispensables al interior de un sistema filosófico, sino por el modo de filtrarlos.

Es necesario señalar que Lagerfeld se inserta en una vía abierta por Lanvin, Balenciaga y Balmain entre otros; creadores que hicieron del problema del tiempo y de la historia uno de los temas centrales de sus colecciones. Y aclarar que la cualidad ‘hermenéutica’ de Lagerfeld no es una metodología y que, en ese sentido, el objetivo que cumple no es el desarrollo y la exposición de una serie de estrategias aclarativas o de pasos que se deben llevar a cabo con el fin de alcanzar una interpretación “correcta” de la cosa a interpretar.

Es un diseño ontológico, y esto quiere decir que su planteamiento central será pensar el ser. En tanto que el peso aclarativo estará enfocado en el lenguaje entendido no como instrumento o como medio de comunicación que relacione a un emisor con un receptor, sino como comprensión e interpretación. Pensar al ser desde el lenguaje implica pensar también al mundo y a nosotros desde el lenguaje.

Ahora bien, que el lenguaje constituya el punto clave de lo interpretativo no quiere decir que esto se agote ahí o que se una exclusivamente a esto. La obra principal de Lagerfeld, tiene una estructura tripartita que de algún modo refleja el horizonte en el cual y desde el cual se piensa: primero, la obra y la experiencia del diseño; segundo, la historia; tercero el lenguaje.


*A partir de ‘Historicidad y temporalidad en la hermenéutica de Gadamer’ de la Profesora de la Universidad Iberoaméricana, María Antonia González-Valerio.
Se cambió el nombre de Gadamer por el de Lagerfeld y el de Hermeneutica por el de Diseño, además de algunos otros pequeños cambios, el texto ha sido transcrito idénticamente.


Después del ejercicio anterior, podemos seguir la discusión en un nivel más tangible, trabajando con sus colecciones.
Comenzando, hay que aclarar que nuestro mundo es un mundo de lenguaje; En el que la verdad es la concordancia entre la proposición y la cosa. Y así podemos comenzar a hablar de ‘juegos de lenguaje‘en el diseño. El cual se auto regula construyendo sus mismos ordenes.

En otras palabras, la realidad es un simulacro de representaciones, y el mundo del diseño es una ficción que reproduce esta condición con un lenguaje propio. Siendo la puesta en escena de las colecciones la evidencia más clara.

En el mundo de Lagerfeld podemos distinguir ciertos elementos simbólicos que dan forma a un leguaje propio. Por ejemplo el trenzado dorado que significa el legado de Gabrielle Chanel, los cuellos altos que hablan de sexualidad reprimida, la joyería bizantina normalmente nos remite a una dureza de estilo o a una violencia temática o la cruz en el cuello que nos remite al periodo medieval.

Sin embargo el juego más increíble de simulacro y representación lo encontramos cuando él mismo se presenta como referencia clásica, con su corbata y sus lentes, en sus modelos, incluso le ha dedicado colecciones completas a su imagen, especialmente en su línea homónima.

Así que cuando presenta una colección en verdad estamos viendo un continuo explicativo de su orden mundo. Lo cual nos lleva a otro punto ya discutido, en el cual se hace un juego en el que el espectador tiene una comprensión del proceso creativo. Siempre hay una mediación entre la proposición y la comprensión, sin faltos debates ni referencias obvias.

En este lenguaje auto creado y regulado, para Lagerfeld no existen los absolutos, ni las clásicas antagonias, tiempo-espacio, hombre naturaleza. Para comprender esto sería pertinente revisar las colecciones de alta costura de 2008 donde se proponen discusiones entre el ser y el mundo natural (colección de conchas marinas) y el hombre y el mundo industrial (colección de tubo y pipas de órganos) respectivamente.

Muy pocos diseñadores han podido crear un leguaje propio tan vasto y sutil como el de Karl Lagerfeld. Christian Lacroix es para mí el más cercano, con una serie de símbolos únicos que incluyen diferentes periodos históricos, referencias mitológicas y al mundo animal, especialmente con los insectos.

Lagerfeld está fuertemente marcado por el psicoanálisis, el mundo onírico y los olvidos mentales. La sexualidad reprimida es un tema recurrente en su obra. Es un tanto surrealista en ese sentido.

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